Gotas de Gracia

Hace unos meses, me referí a una persona que en una ocasión dio una definición sumamente impropia del concepto Gracias, una definición quizás fatalmente equivocada. Tengo la sospecha de que la mayoría de mis lectores respondieron negativamente a la sugerencia de que la Gracia de Dios simplemente completa lo que nos falta para que nos consideremos justos delante de Él.

Usted con toda probabilidad respondió como lo hizo una persona: ¨No, no es correcto. Nuestra justicia es como trapos sucios ante los ojos de Dios¨.

No mencioné ese incidente sólo para refutar con facilidad a alguien de poco conocimiento, sino que utilicé el caso porque creo que esa es la manera como la mayoría de los cristianos llevan la vida cristiana.

Actuamos como si la Gracia de Dios sólo completará lo que nos falta lograr por nuestras buenas obras. Creemos que las bendiciones de Dios son, por lo menos, parcialmente ganadas por nuestra obediencia y por nuestra discipina espiritual. Sabemos que somos salvos por Gracia, pero pensamos que debemos vivir por nuestro esfuerzo espiritual.

Por lo tanto, ¿quién necesita la Gracia? Todos nosotros , tanto el santo como el pecador. El más concienzudo, obediente y trabajador de los cristianos necesita de la Gracia de Dios, tanto como el más libertino e indecente pecador. Todos necesitamos la misma Gracia.

El pecador no necesita más Gracia que el santo, ni el creyente inmaduro e indisciplinado más que el misionero piadoso y fervoroso, o que el legal o el indocumentado, el ciudadano o el inmigrante. Nosotros necesitamos la misma cantidad de Gracia porque la ¨moneda¨ de nuestras buenas obras se ha devaluado y ha perdido todo valor delante de Dios.

Ni nuestros méritos o deméritos, puntos ganados o perdidos delante de Dios, determinan cuánta Gracia necesitamos, porque la Gracia no aumenta nuestros méritos ni suple lo que nos falta por nuestros deméritos. La Gracia no toma en cuenta en absoluto nuestros méritos o deméritos. Más bien, la Gracia considera que todos los hombres y mujeres son totalmente indignos e incapaces de hacer nada para ganar las bendiciones de Dios.

Como bien lo escribió C. Samuel Storms: La Gracia deja de ser Gracia si Dios se ve obligado a conferirla ante la presencia del merecimiento humano…La Gracia deja de ser Gracia si Dios está obligado a retirarla ante la presencia del desmerecimiento humano…(la Gracia) es tratar a una persona sin la más leve referencia a sus méritos, sino únicamente de acuerdo con la infinita bondad y soberano propósito de Dios.

Notemos que la descripción del doctor Storms en cuanto a la Gracia de Dios es un arma de doble filo: la Gracia no puede ganarse por méritos ni perderse por falta de ellos. De modo que si a veces siente que merece una respuesta a la oración o bendición de parte de Dios por su mucho trabajo o sacrificios, estará viviendo por obras, no por Gracia.

Pero es igualmente cierto que su a veces abandona la esperanza de experimentar las bendiciones de Dios por carecer de méritos – porque debió hacer algo y no lo hizo, o porque no debió hacer algo y lo hizo – estará también desechando la Gracia de Dios.

La segunda afirmación es la que a mi me resulta más útil, pues rara vez pienso en que tengo méritos, sino que a menudo estoy dolorosamente consciente de mis deméritos. Así es que, necesito recordar con frecuencia que mis deméritos no obligan a Dios a retirar su Gracia de mí, sino que más bien Él me trata sin tomar en cuenta para nada mis méritos. Por lo tanto, lo que tengo que hacer es poner mi esperanza en sus bendiciones y en su infinita bondad antes que en mis “buenas obras”.

Antes de culminar, me gustaría extenderle una atenta invitación para este Viernes 24 de Junio a las 6:00 pm, para que asista el Foro de Información sobre la Nueva Ley HB-87, la cita es en el 4061 King Springs Rd. Smyrna GA 30082, la entrada es libre y tendrá la oportunidad de conocer de primera mano las implicaciones que traería la aplicación de esta legislación.

La próxima edición seguiremos explorando esta preciosa Gracia de Dios, por lo pronto, le animo a que me escriba un correo electrónico con sus comentarios a hector@crosspointsmyrna.org

Si desea saber más sobre estos temas y busca una Iglesia diferente, lo invito a que asista con nosotros a Crosspoint Encuentro Church, una Iglesia con dos Congregaciones, todos los Domingos a las 10:00 AM en Inglés y 12:30 PM en Español, teléfono 404-957-2522 y 770-333-1775. Que la superabundante Gracia de Dios sea siempre sobre usted en Jesús.

Rafael Navarro

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