Matarte una vez es un asesinato, matarte dos veces una cobarde infamia

 Matarte una vez es un asesinato, matarte dos veces una cobarde infamia

editorialEn junio de 2008 un hombre blanco llamado Richard Jason Veitch de 28 años del condado de Coweta asesinó a sangre fría a Gastón González del Ángel, un joven mexicano de 23 años, a pesar de que la policía declaró que le habían advertido que no tenía autoridad para dispararle a nadie. Ahora la madre de Veitch, Jackie Carpenter, ha publicado dos libros “Llorando por Justicia” y “El Puente” relacionados con el caso, al cual trata como un episodio infortunado y un milagro sucedido tras la declaración de no culpable de su hijo.

Hasta ahí, nadie se había dado por enterado sino hubiera sido porque una versión tergiversada de la realidad ha sido llevada al cine, bajo el nombre “Stand Your Ground”, un título sugestivo que hace referencia a la ley que en otros estados como Florida, permiten que personas asesinen a otras y queden libres por que sí, un ejemplo patético, el caso de George Zimmerman-Trayvon Martin.

La historia se estrenó el pasado 17 de enero en varios cines independientes de ciudades como Gainesville, La Grage y Newnan y en otros pueblos pequeños de mayoría blanca y de extracción rural, donde los mensajes mal entregados terminan siendo bien digeridos y por ende mal entendidos.

La autora de los libros asegura en sus distintos blogs, páginas web de promoción y perfiles de Facebook que la intención de sus obras es la de mostrar la fortaleza de la familia en medio de la adversidad y cómo ella se aferró a sus creencias cristianas, y eso no está en discusión.

En lo que nos mostramos completamente en desacuerdo es en la versión o mejor, en la “nueva” versión que el escritor del guión quiso darle a la película, cambiando personajes, situaciones, acontecimientos y trocando la raza de algunos de los protagonistas, para hacer ver que no se trató de un caso en que la raza hubiera tenido algo que ver con el resultado final.

Si la película como ellos pregonan, está basado en hechos reales, ¿En qué momento deja de ser real para convertirse en fantasía y cómo hace el público ignorante de los hechos para saber dónde empieza la realidad y dónde la ficción o dónde la verdad y dónde la mentira?

Vamos por parte: Los hechos reales son que, tres jóvenes de origen mexicano estaban terminando un trabajo en una construcción y para ganar tiempo decidieron quedarse la noche del viernes 27 de junio de 2008, habiéndole avisado a su jefe, el cual no le dio aviso al dueño de la propiedad, que vestido de ropa camuflada y armado, se les presentó en las horas de la noche y confundiéndolos con ladrones, dio muerte a uno de ellos.

Lo que pasó después, y que la película no narra, sino que tergiversa, es que, un jurado conformado por blancos, en la corte de un juez blanco, con abogados de la defensa blancos y un abogado del Estado asignado a los sobrevivientes blanco, estuvieron a cargo de la declaración de inocencia de Veitch del cargo por asesinato en primer grado, 3 cargos por asalto agravado y una por posesión de arma de fuego en la comisión de un crimen.

Lo que la película muestra, que no tiene que ver nada con la historia “real” de la que la madre del asesino de Gastón del Ángel se jacta, son los siguientes cambios drásticos para manipular la mente de la audiencia blanca

Primero: el juez de la corte del condado de Coweta, Dennis Blackmon, es un hombre blanco y no una mujer negra, como se muestra en la película para dar a entender que en cuestiones de raza hubo un balance durante el proceso. Falso!

Segundo: El abogado de la defensa de Veitech el acusado de asesinato, no fue un hombre negro, como se muestra en la película, fue otro hombre blanco, y es descrito como “un zorro viejo en casos de asesinatos complejos”, y éste, claro, fue un asesinato complejo e impune!

Tercero: La conformación del jurado como lo muestra la película, es otra farsa, fue un jurado cien por ciento blanco, no hubo en él un hombre y una mujer negra, no hubo un hombre hispano, no hubo una joven hippie y un anciano intelectual, no hubo un asiático. Mentiras, no fue el jurado perfecto y equilibrado que muestran…todo eso es falso!

Con lo anterior, cualquier otra cosa que diga la cinta en relación a que está basada en la historia real es solo mentiras y da poco espacio para creer en lo demás, como que la madre del acusado hubiera sufrido un accidente de auto en esos días por andar atribulada, o que en realidad se hubieran aferrado a las páginas de la Biblia para implorar por el milagro que finalmente le concedió el millón de dólares que dice haber gastado en la defensa de su hijo.

Rafael Navarro

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