Otro año más hay que decirlo

 Otro año más hay que decirlo

editorialCreer o no creer ya no es la cuestión, la cuestión ahora es seguir, al menos esa es la consigna que los activistas pro reforma migratoria vienen esgrimiendo desde mucho tiempo atrás y el 2014 no solo será una realidad sino una obligación, el panorama para la reforma migratoria es más oscuro que nunca y la mula muerta que han atravesado los republicanos a todo lo que tenga que ver con proyectos del gobierno de Obama ahí sigue.

La primera semana de este año el presidente de la cámara John Boehner, dijo que su partido estaba trazando los “principios” de lo que serían los primeros pasos para una reforma al sistema de inmigración, que como lo han pregonado siempre, debe venir por pedazos, a cuentagotas y como a ellos les interese presentarla.

En el fondo las palabras de Boehner, ni son nuevas ni hacen parte de algo que la comunidad no conozca, y es esa petulancia con que los republicanos, no solo desdeñan del gobierno del presidente Obama, sino el desprecio con que miran a la clase trabajadora e inmigrante que aquí vive, aquí aporta, aquí surge y de la que no se librarán tan fácil como ellos y una mano de racistas han creído.

Pero lo que Boehner dijo que parecía medio bueno, lo borró pocas horas después Marco Rubio, un representante del Tea Party, que quiere jugarse la nominación presidencial a costa de atacar a su propia raza.

“Para este año no habrá reforma migratoria como la plantea el gobierno y como la ha aprobado el senado”, dijo Rubio, palabras que deben ser tenidas en cuenta porque en el pasado, ese ha sido el juego del partido republicano para despistar a la opinión pública, uno de ellos dice algo que pareciera positivo y más tarde otro lo desmiente…así es el juego!

A nivel nacional, los sindicatos y las comunidades organizadas vienen trabajando fuertemente y no han dado tregua al activismo y desde todos los flancos se han propuesto hacer sentir su voz, los primeros meses de este año, pintan entonces de ajetreo en el tema de la reforma, lo que no se sabe es hasta cuándo va a demorar el optimismo.

En Georgia, los grupos organizados, cada uno desde el frente que ha asumido para continuar la lucha, sigue recargando baterías para que nos encuentren fuera de base, por ejemplo, ya la Alianza de Jóvenes Indocumentados de Georgia—GUYA, por sus siglas en inglés, comenzó a darle dolores de cabeza a la Junta de Regentes del sistema universitario estatal, con la que tienen una demanda pendiente por resolver.

En general, todos saben que no es fácil, desde el que tiene la capacidad de hablar de tú a tú con el presidente Obama y recordarle su promesa incumplida, hasta las amas de casa, los jornaleros y trabajadores que esperan se les reivindiquen sus derechos civiles y se les respeten los derechos humanos, pero siguen ahí, con el dedo en el renglón, trabajando, organizándose, luchando y reclamando lo que es apenas justo.

Rafael Navarro

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