Familia latina victima de presunta estafa no se da por vencida

Thamar Martínez, dice que seguirá luchando hasta que se haga justicia en su caso, se reconozca que fue víctima de fraude y le devuelvan parte del dinero invertido en la casa de la que fueron desalojados.
Thamar Martínez, dice que seguirá luchando hasta que se haga justicia en su caso, se reconozca que fue víctima de fraude y le devuelvan parte del dinero invertido en la casa de la que fueron desalojados.

Por: Rafael Navarro- ENG.

“Aproximadamente a las 18:00 del lunes 3 de marzo diputados de la Oficina del Sheriff del Condado de Gwinnett asignados a la Unidad Civil completaron un auto de posesión (desalojo) en el 802 Deidre Court Marie en Lawrenceville. Como los oficiales no observaron que las personas desalojadas no seguían detrás de ellos abandonando el barrio, como es costumbre, los diputados regresaron al lugar para verificar que todo estuviera en orden y observaron a los cuatro inquilinos desalojados en un altercado con el dueño de casa, Gladys García de de 26 años.”

Palabras más, palabras menos es lo que dice el informe de la policía del condado de Geinnett en lo que, para ellos, era una típica escena de desalojo de una familia que se negaba a abandonar la casa de donde estaban siendo lanzados por sus dueños.

Más adelante se lee que algunos vecinos dijeron a la policía que los cuatro inquilinos en vez de irse, se habían acercado a la señora García quien estaba estacionada en la calle, y que la misma intentaba abandonar el lugar “cuando fue golpeado en la cara, la arrojaron al suelo y la atacaron los cuatro individuos.”

Pero durante el ataque, la señora García fue capaz de recuperar un arma de su vehículo y disparó un tiro al aire, pero no golpeó a nadie. “La señora García sufrió rasguños y laceraciones en la cara y las manos durante el ataque”.

Como consecuencia de este altercado, cuatro miembros de una misma familia incluyendo el padre y tres hijos fueron arrestados: Miguel Martínez González, Jonathan Martínez Delgado, Thabata Abigail Martínez y Suvanee Cherrlyn Martínez.

La otra cara de la moneda

Thamar Martínez esposa de Miguel y madre de Jonathan, Thabata y Suvanee, dice la policía en todo esto ha visto lo que ha querido ver, y que su familia es más que víctima de una estafa que se inició el año pasado, y de la que ella misma ha dado aviso a las autoridades quienes poco han hecho para lograr la justicia que ella y su familia buscan.

“Nosotros a esa señora no la hemos agredido, cuando los policías se fueron, nosotros quedamos recogiendo algunas cosas para llevarnos y esa se acercó a nosotros para burlarse y amenazó a mi hija de 16 años con un revólver”, dijo Thamar.

Según la versión de la afectada, la mujer, Gladys, comenzó a golpear a su esposo por lo que sus hijas intervinieron mientras su hijo trataba de separarlos a todos.

“Cuando la policía regresó ya ella había hecho el disparo y lo único que hicieron fue decirnos que ella tenía derecho de portar un arma para defenderse y que no debíamos meternos con ella”, refiere Thamar.

Finalmente casi toda la familia fue arrestada y debieron transcurrir algunos días para que fueran saliendo de la cárcel de Gwinnett, luego de que el juez les retirara los cargos por agresión, en vista de que, en el vecindario, nadie fue capaz de sostener la versión inicial que los policías anotaron en su reporte, sobre la agresión grupal a Gladys la supuesta dueña de la casa.

Una historia más larga

“Lo que me interesa ahora es que mi familia ha sido dejada en libertad y que no tienen ninguno de los cargos por los que fueron acusados, y yo sigo con mi demanda de que, todo esto ha sido un fraude que las autoridades conocen”, afirma Thamar.

La historia de esta familia es tan simple como que, un día pasaron por una vivienda donde llevaban a cabo una venta de garaje y ellos se interesaron por algunos objetos. En el intercambio de palabras, lograron saber que la dueña estaba rematando todo porque se iba de regreso a su país de origen: Panamá.

“Ella estuvo por mucho tiempo vendiendo cosas porque se iba para su país Panamá…que como ella se iba estaba buscando quien le comprara o quien la rentara, y nosotros nos mostraron interesados”, dijo Martínez, cuando habla de ella, se refiere a Luzmila García, la supuesta dueña del inmueble.

“Ella dijo: sí, yo tengo una manera muy fácil de que ustedes la puedan comprar y es rent to own. Ella dijo que vendía casas, ella dijo que podía vendérnosla de dueño a dueño…” narró Thamar en septiembre de 2013 cuando publicamos por primera vez su caso en El Nuevo Georgia.

Todo lo que Thamar refirió entonces, fue corroborado por la misma señora García, y sucedió desde el mes de marzo de 2013, hasta que por fin tuvieron un primer acuerdo. Martínez recuerda que la propietaria le dijo que le diera 3 mil 500 dólares, por lo pronto para apartarle la casa, “Porque tengo muchisísima gente que está interesada en la casa…” anota que le dijo.

En efecto, en lo que ahora es una denuncia ante la policía de Gwinnett reposan los documentos en los que consta que, el primero de abril de 2013, la familia Martínez escribió un cheque por los primeros 2 mil dólares para separar la casa y el 22 del mismo mes se escribió otro por mil 500 dólares.

El total de lo que la familia García debía pagarle a Luzmila García como cuota inicial según el acuerdo que habían hecho, sin haber firmado aun ningún documento eran 14 mil dólares, por eso el 11 de mayo con el dinero de la devolución de los impuestos, hicieron otro cheque por 7 mil dólares.

“Nos venimos a vivir aquí el 22 de mayo y ella ya tenía supuestamente todo listo para irse de la casa pero ella tenía todas las cosas aun ahí” admitió la afectada.

Aun así, ellos permitieron que la propietaria se quedara en la casa por unos días, mientras todos los días les insistía en que le dieran el resto del dinero pero no entregaba ningún documento y no los llevaba con el abogado.

“Yo dije mire señora no le puedo dar todo el dinero sino vamos al abogado, y ella dijo que el abogado no podía firmar ningún documento sino le daba todo el dinero”

A todas estas, ya habían pasado los meses de mayo, junio y solo hasta el 30 de julio, García dejó la que decía era su casa, pero nunca llevó ningún documento para firmar el acuerdo de “rent to own”, es decir, la renta con opción de compra. Sin embargo cada mes la familia pagaba las cuotas que pensaba, los iba a convertir en propietarios.

La cuota del 3 de junio fue de mil 650 dólares, porque en ella se incluían algunos servicios, la del 2 de julio fue de mil 350 dólares que debía ser la cuota regular de la renta-mortgage, agosto y septiembre pagaron mil 350 dólares por cada mes.

Con todo y eso, el día que Luzmila García se fue de la casa le pidió como parte de pago a la familia Martínez un refrigerador, una nevera y una secadora por un valor de mil 500 dólares. “Porque ella lo necesitaba con su hija…y dijo mañana vengo quiero que estén listos porque nos vamos a firmar los documentos, se llegó la hora, la llamé y sí, ya voy para allá, y nunca vino…”, refirió Thamar.

¿Confusión o fraude?

Cuando la familia Martínez perdió comunicación con Luzmila García, llamaron a la policía de Gwinnett y pusieron en conocimiento de ésta el caso. Así se haya registrada la querella bajo el número: 130070561 por Theft by deception, es decir, robo por engaño.

Pero aún faltaban sorpresas, cuando los detectives se comunicaron con la señora García, hablaron fue con Gladys García según confirmó a El Nuevo Georgia, la misma Luzmila, esto era algo nuevo dentro del caso.
“Me llamó su hija y dijo, oh señora ¿sabe qué?, ya decimos mejor que ya no le vamos a vender la casa…Si usted no lo sabe la dueña de la casa soy yo, no mi mamá…”, le dijo Gladys a Thamar.

“Dijo que yo no quería comprar la casa porque yo tenía problemas con inmigración cuando yo nunca he tenido problemas con nadie…”

“Nosotros no les hemos robado nada”

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Contactada para que diera su versión en septiembre de 2013, Luzmila García dijo que “Eso está perfecto…” refiriéndose al reclamo que ante la policía habían hecho los Martínez, y constató que un sheriff la llamó a ella y que la estaban acusando de un fraude, pero “Los policías dijeron que era un caso civil”, dijo tratando de minimizar el asunto.

Referente a la propiedad dijo “No, la casa es de mi hija, siempre fue de mi hija” y luego confirmó todos los pagos que le hicieron, las cifras y el supuesto acuerdo que nunca firmaron.

“Nosotros a ellos no les hemos robado nada, al contrario, ellos se mudaron a la casa y ellos empezaron a
averiguar porque ya mandamos a hacer el contrato para hacer el rent to own ellos ya no querían eso, ellos dicen que no podían y por eso ya no estaban de acuerdo con eso…”

“Ellos quisieron hacer otro tipo de acuerdo, el abogado hizo otro contrato y tampoco se les acomodaba, porque ellos tienen problemas de inmigración…”

“Pero eso es lo que pasa, no hubo ningún fraude, no hubo nada ilegal, ella pagó los cheques, mi hija los cobró en el banco, pero ella nunca quiso quedarse con ningún contrato por problemas que ella misma los puede decir”

Dijo que “En ningún momento ella hizo ningún cheque a mi nombre ella siempre supo que esa era la casa de mi hija. Ella puede decir lo que sea, pero ella siempre supo eso y toda su familia”, afirmó García.
Finalmente dijo que su abogado los estuvo esperando mucho tiempo para que ellos fueran a firmar y siempre cambiaban de cómo ellos querían el contrato.

Los abogados la contradicen

A mediados de agosto, la familia Martínez recibió una carta procedente de la firma de abogados Nogales & Associates LLC, fechada el 2 de agosto y firmada por el abogado Cristhoper Nogales, en ella se daba cuenta de la cancelación de una cuerdo de lease y se les daba hasta el día 30 de septiembre a las 2 de la tarde para abandonar la propiedad, además de hacerlos responsables por daños u otro tipo de desperfectos que tuviera la propiedad.

La firma de abogados Nogales & Associates LLC, dijo a través de una vocera que ellos no son los abogados de la señora García, ni los representan en este caso, como ella lo afirmó a la familia Martínez y a El Nuevo Georgia.

“Nosotros no representamos a la señora Luzmila, ella solamente vino a pedir ayuda sobre una carta para poder mostrarle a la señora Tahamar y nada más”, dijo Rossie, una de las asistentes de la firma en Lawrenceville.

En la oficina de Nogales & Associates LLC, nunca se hizo presente Gladys García, la dueña de la casa sino Luzmila García a la que identificaron siempre como la que hacía el negocio.
Luzmila ya no responde

Pero Luzmila García o Luzmila Bonilla García, no es la primera vez que está involucrada en casos relacionados con fraude como lo pudo constatar El Nuevo Georgia.

Bonilla García enfrentó tres cargos por falsificación, adulteración instrumental y robo en el condado de Volusia en Florida por lo que debió comparecer en corte el 12 de febrero de 1993 para la lectura de cargos cuando tenía 32 años.

La misma Luzmila Bonilla García, fue arrestada el 3 de marzo del año 2004 en la ciudad de Lawrenceville a los 44 años acusada de fraude con tarjeta de crédito.

Así mismo el más reciente arresto fue el 25 de febrero de 2013 nuevamente en el condado de Gwinnett, ahora a los 52 años, por acusaciones de fraude con tarjeta de crédito violando el código GCDC-ADM, según aparece anotado en los archivos judiciales.

El Nuevo Georgia ha intentado comunicarse nuevamente con la señora Luzmila García pero su teléfono está desconectado. Tampoco ha sido posible localizar a Gladys García, hija de Luzmila y propietaria de la casa que su madre “negoció” con la familia Martínez.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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