Jornaleros: un blanco de los estafadores

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Por: Rafael Navarro- ENG.

La camioneta verde todavía no se había detenido completamente y tres hombres, uno en el asiento delantero y dos en la parte posterior ya la habían abordado sin haber cruzado palabras con su conductor, quien era evidente que estaba en busca de trabajadores temporales para llevárselos, era ya el medio día, y a esa hora muchos comienzan a desesperarse.

Otra docena de hombres daban vuelta alrededor de la gasolinera donde habitualmente esperan desde las 6 de la maña que alguien pase a recogerlos para trabajar el día, les paguen, y regresar a sus casas con algo con que sostenerse ellos y sus familias. Esto lo repiten todos los días.

Rodrigo dice que en la esquina donde él se estaciona en Duluth llegan pocos, pero igual le toca batallar muchas veces para conseguir quien lo “levante”, hay ocasiones en los que se va de largo y debe regresar a su apartamento sin un dólar en los bolsillos pero lo reconforta saber que el día siguiente pudiera ser mejor.

Los que “los cargan” y no responden

Miguel, de origen hondureño dice que su hermano fue levantado por una compañía que hace mudanzas a la que le da aun temor de identificar, y que, el día que trabajó con ellos se rompió un pie y no quisieron responderle por los gastos médicos.

“El problema es que mi hermano fue deportado a Honduras y él se regresó, y cuando estaba reclamándole a los de la compañía, éstos le dijeron que ellos podían mandarle a inmigración a su casa porque tenían su dirección”, dijo el hombre.

“Nosotros tenemos miedo por eso, no sabemos si nos vamos de ese apartamento, porque qué tal que lo hagan”, dijo el jornalero, quien se negó a dar más detalles del caso.

El caso de Guillermo es similar, el pasado 25 de abril fue levantado de una gasolinera de Chamblee hasta Carolina del Sur y trabajando en un edificio de 5 pisos, recuerda que quien hacía las veces de capataz, “un güero”, le dijo que debía manejar la máquina y subir en el tractor hasta el cuarto piso dentro de la canasta de seguridad.

“Yo nunca había trabajado dentro de esa canasta y la máquina que sube el material se estrelló contra mí y me golpeó”, dijo Guillermo, quien narra que no cayó al suelo porque estaba sujetado con el arnés, pero recibió un golpe fuerte en su pecho.

“Me llevaron en ambulancia y estuve 5 horas en observación en el hospital, pero después me dijeron que me podía ir porque no tenía nada de fractura”, sin embargo, el hombre dice que todavía siendo molestias cuando respira.

“Los que me llevaron al hospital, no dieron la información del patrón sino la mía, y ahora las cuentas de la ambulancia me están llegando a mí y no tengo con qué pagarlas”, dice Guillermo, mientras dice que antes de subirlo al vehículo en el que se golpeó no le dieron la información requerida.

“Yo sé que la culpa no fue del todo mía porque, yo no tengo licencia para manejar esas máquinas, ni el patrón me dio ninguna información sobre ella, ellos saben que no pueden hacer eso”, señala.

Quién los protege

El caso de Marco no es de pago, pero sí es de estafa. El hombre oriundo de Michoacán dice que su anterior patrón, quien por casualidad es de su mismo pueblo, quedó encargado de traerle desde la oficina el último cheque del trabajo llevado a cabo, antes de que no le dieran más trabajo.

“Eran como mil dólares y feria, pero con los descuentos quedaba como en novecientos y algo, y él en vez de darme el cheque fue y lo cobró y nunca me dio nada, al final ya no me respondió más el teléfono”.

Aaron Ortiz, de la firma de abogados de Taylor & Lee, dice que no es cierto que en un proceso por reclamo por Compensación Laboral, tenga que tomar parte el servicio de inmigración y que, muchas personas lo que hacen es intimidar a otros con este asunto para no responder por lo que deben.

“En un proceso de Workers Comp., inmigración no tiene nada que ver, ha habido casos en los cuales las personas que reclaman han sido deportadas por otros motivos en medio de un proceso de reclamo y el dinero de la compensación se les mando a sus países de origen”, recordó.

Hay a quienes tienen como secuestrados

Angélica Brito, voluntaria de la organización Esperanza Civil, dice que por la dinámica cómo funciona el trabajo de los jornaleros muchas veces se hace difícil ayudarlos, pero advierte que lo mejor que pueden ellos tener es la información previa que les evite ser víctimas de los inescrupulosos.

“Cuando son accidentes de trabajo independientemente de que puedan ser deportados o no, la persona tiene derecho a reclamar su seguro de compensación”, dice Brito, quien ha asesorado casos tanto en Atlanta como Gainesville relacionados con el tema.

“Desde el momento en que lo contratan como trabajador, quien lo hace sabe que tiene responsabilidades, la ley del trabajo va por encima de la ley de inmigración, y nadie puede amenazar a otro con esto para no pagar”, señala.

Sin embargo Brito es consciente de que, se corren riesgos si la persona ha sido deportada, por ejemplo, como el caso del hermano de Miguel, porque el estar indocumentado en el país es una falta menor, pero el reingreso es un delito.

“Pero de todas maneras, reclame o no reclame está están en riesgo, así es que, si hay una situación donde deban reclamar no deben tener miedo de hacerlo”, aconseja.

En el caso puntual de los jornaleros, Brito dice que a muchos se los llevan, los ponen a trabajar y les pagan cash para no reportar ese dinero y les sale más económica la mano de obra, pero al tercer día se los llevan otra vez y no les pagan, y entonces los amenazan con la policía o inmigración.

“En Gainesville los tienen como secuestrados en las casas y después de que acaban el trabajo no les pagan…” dice ella y al mismo tiempo se pregunta.

“¿Pero, cómo lo controlas si el mismo jornalero no los quiere denunciar, ni quieren a la policía cerca de donde los recogen, porque piensan que si la policía viene se les va a acabar la posibilidad de trabajar”.

Señala que la única forma de que ellos puedan ser ayudados, es que aprendan a tomar conciencia del riesgo que corren.

“No se trata de trabajar sino de que les paguen, y en este caso, es mejor prevenir que tener que remediar”

Consejos

-Antes de subirte al carro con un desconocido, toma toda la mayor información posible: su nombre, número de teléfono placa del vehículo y hacia dónde se dirigen.
-Compartan entre los otros compañeros esa información, que servirá por si un compañero desaparece.
-Guarda los datos de la persona con la que te vas a trabajar, por si luego tiene que hacer un reclamo si sufres algún accidente.
-Llama a tu consulado si necesitas protección por parte de las autoridades de tu país. En la página 16 de esta edición, están todos los números de los consulados en Atlanta.

“No te pongas en una situación difícil, cada uno necesita del otro uno del trabajo y tu del dinero…toma las precauciones necesarias”, concluye Brito.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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