Mi esposo “No era un soldado, pero sí fue un héroe”

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Por: Rafael Navarro- ENG.

Pareciera contradictorio que una mujer dijera que está feliz por la gente que se benefició por la muerte de esposo, pero no lo es. Alejandra tiene claro que su esposo fue un gran ser humano, un gran padre un magnífico esposo y aunque temprano, su fin había llegado y no debía sufrir más.

Hace poco más de un año durante un asalto, Benjamín Bell recibió un fuerte golpe en su cabeza que le afectó el cerebro, los médicos dieron desde el comienzo pocas esperanzas de vida y a los pocos días debió tomarse la decisión de dejarlo ir.

“No fue fácil, pero sé que él lo hubiera querido así”, dice su viuda quien quedó con cuatro hijos pequeños a los cuales debía seguir criando y por los que debía llenarse de fuerza y valor todos los días.

“Su muerte no fue en vano”

Alejandra narra su testimonio mientras más de una veintena de personas la escuchan en silencio. Ella dice que los peores momentos parecen haber pasado y la tragedia que ha vivido de alguna manera ha servido para enriquecerla como persona, aprender el valor de la vida trasmitirlo de la misma manera a sus hijos.

“De momento es triste no es fácil tomar ese tipo de decisiones, pero cuando ya no hay nada que puedas hacer, que ya los doctores hacen lo último, tienes que decidir…” se refiere no solo a desconectar de la vida artificial al ser con el que compartió los mejores años de su vida, sino permitir que éste siga viviendo en otras personas a través de la donación de sus órganos.

Alejandra dice que su esposo falleció de un golpe en el cerebro. “Alguien lo asaltó y lo golpeó en el cerebro, su muerte fue cerebral, por eso su cuerpo estaba muy saludable tenía 44 años” recuerda y por un momento reflexiona.

“Cuando ya nada puedes hacer, nada de verdad, tienes que decidir y acordarte que hay más gente que puede vivir….” y justamente eso fue lo que ella hizo, debido a la donación a tiempo de los órganos y los tejidos de Benjamín, 28 personas se beneficiaron, unas evitando su muerte temprana y otras mejorando su calidad de vida.

“Me han dicho que 28 personas se beneficiaron de él, de todos sus órganos, todos sus órganos estaban saludables…es duro cuando uno de tus hijos toma la foto de su padre y te pregunta dónde está, pero saber lo que ha pasado después de su muerte es un consuelo”, dice.

Alejandra dice que la tristeza está siempre, sobre todo en las cosas que más se lo recuerdan, pero ahora sabe que él no se ha ido del todo.

“Cuando ves a tus hijos dormidos, felices, la tristeza continua, y más al saber que estás ahí sola, pero cuando leo las cartas de las personas que se están adaptando a los órganos y me dicen, ¿sabes yo sigo las instrucciones del doctor, ya puedo hacer lo que antes no podía, eso me hace sentir mejor y sé que la muerte de mi esposo no fue en vano…pero había personas que tenían más por enseñar y por vivir…”

La lista de espera es muy grande

Carlos Castro de la fundación LifeLink de Georgia dice que la lista de espera para pacientes que requieren de un órgano o un tejido dentro de la comunidad latina es más larga que en otras comunidades.

Dice que eso se debe a una multiplicidad de factores culturales y porque se ha demostrado que de quienes se enlistan para ser donantes de órganos, por cada cien, solo dos terminan siéndolo en la práctica, es decir, que un 98 por ciento debe descartarse, por eso la situación toma visos de dramática.

De acuerdo a LifeLink, el número de pacientes que esperan por un trasplante de riñón a nivel nacional es de 99,868 y en Georgia son 3,863; quienes esperan un trasplante de hígado son 15,772 y en Georgia son 233; en espera de un trasplante de páncreas a nivel nacional son 1,184 y en Georgia hay 5 en lista de espera; sucede igual con riñón y páncreas al mismo tiempo, que son 2,021 en todo el país y en Georgia son 114.

Por un trasplante de corazón esperan en todo el país 3,846 pacientes de los cuales 64 están enlistados en el estado de Georgia; 1,657 esperan por un pulmón en todos Los Estados Unidos mientras que en Georgia esa cifra es de 27.

“El número de donantes hispanos se ha incrementado significativamente entre el 2006 y el 2013. Entendemos que nuestra comunidad necesita enorme apoyo no solo en temas de salud sino en temas de educación en general”, advierte Castro.

Hay personas que pueden morir

Alejandra ha aprendido bien la lección que la vida le ha dado y por eso comparte con quien puede su testimonio.

“Yo invito a la gente a que sean donantes de órganos cuando ya no hay más por hacer…hay mucha gente que a lo mejor los va a necesitar más adelante…gente que está esperando un órgano…hay gente que está recibiendo diálisis y esa persona puede morir si no hay un órgano”, señala.

“Yo quiero ser una vocera de LifeLink y eso le enseño a mis hijos”, dice mientras admite que le gustaría conocer a los que se beneficiaron con la donación de los órganos de su esposo, “para que mis niños sepan que la muerte de su papi no fue en vano, que la muerte de mi esposo dio más vida…El no era un soldado, pero sí fue un héroe”, concluye.

Informes y detalles:

Para saber más de LifeLink, contacte a Carlos Castro a través del correo: carlos.castro@lifelinkfound.org o en los teléfonos: 770-778-9103 Oficina; 770-225-5465.

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Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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