Las bendiciones del agradecimiento

09

Por: Estela Figueroa

Recientemente celebramos el Día de Acción de Gracias. Personalmente considero que el ser agradecido es una de las virtudes más hermosas. El agradecimiento abre y cierra puertas de oportunidades. Con una actitud de agradecimiento podemos resistir los momentos difíciles de nuestra vida trayendo a memoria las victorias que hemos gozado en el pasado.

“Mi gratitud es tan grande que ella me sostiene en momentos de incertidumbre”

Hay una historia en la Biblia que es un claro ejemplo de ser agradecido y las ventajas que nos brinda. La historia se encuentra en Lc.17:11-19. Jesús se dirigía a Jerusalén, y debía pasar entre Samaria y Galilea. La costumbre para los judíos era dar la vuelta a Samaria y así evitar mezclarse con los samaritanos, pues ambos pueblos no se llevaban bien. A Jesús no le detenía ningún prejuicio racial o social, por tanto, El en lugar de dar la vuelta, entró directamente en ella.

Jesús no se concentró en habitar en lugares seguros y amistosos

Aun así había 10 leprosos que sabían de la fama de Jesús de sanar enfermos, de sacar demonios y de resucitar a los muertos. Nada les impidió pedirle ayuda, y “alzaron la voz diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!”

¿Qué les indicaba a ellos que Jesús, siendo judío, los iba a sanar? Pienso que cuando uno está en una situación extrema, trata de todo. Y es que la debilidad del hombre se convierte en oportunidad de Dios para actuar. (Mr.5:25)

Ellos alzaron la voz y gritaron. ¿Estás tú en una situación en que necesitas alzar la voz? ¿Decir algo? ¡No mires tus limitaciones! ”. Ellos sabían que a través de la misericordia de Jesús, podían sanar. Y tú no tienes las limitaciones que ellos tenían.

El poder de sanación se activa a través de la misericordia divina.
(Sal.103:17; 108:4)

Cuando Jesús los vio, les dijo: “Vayan, y muéstrense a los sacerdotes”. “Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados”. ¿Es tu fe en Dios tan poderosa que actúas en lo que El dice aunque no veas evidencias de que eso va a trabajar a tu favor? Estos leprosos si lo hicieron y recibieron lo que tanto anhelaban. Su obediencia les trajo sanidad.

¡Ellos respondieron en fe y Jesús los sanó en el camino!

Jesús sanó a 10, pero solo uno regresó y le dio gracias. ¿Cuántas veces nos olvidamos de glorificar a Dios por haber recibido un favor o milagro de Su parte? Dios no nos exige que le demos las gracias, pero El se complace cuando lo hacemos.

Este hombre “volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies,…”. Esto es una señal de respeto y veneración. Con nuestro gesto le damos culto a Dios y mostramos agradecimiento.

Jesús les dice: “¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?” Aquí claramente Jesús denuncia la ingratitud de los nueve restantes. La ingratitud es un sentimiento creciente en nuestros días. Pensamos que merecemos el favor de Dios en todo lo que pedimos. Hasta llegamos a pensar que Dios está en la obligación de resolvernos todos nuestros problemas y evitar complicaciones en nuestro camino.

Jesús nos enseña que él se agrada al corresponder nosotros con gratitud.

Jesús le dice: “Levántate, vete, tu fe te ha salvado”. Regularmente el que no agradece y no le da gloria a Dios, tiende a recaer. ¿Por qué? Porque su fe es de corta duración. Una vez se ve sanado, tiende a volver a lo de antes, pues no se detiene a reflexionar lo que le pasó ni continua con su relación íntima con Dios. Quizás le da las gracias a Dios pero efímeramente y se olvida rápidamente de su antigua condición. Eso fue lo que pasó con los nueve leprosos. Su egoísmo aun los tenía presos.
Las bendiciones y beneficios son muchos cuando volvemos y le damos la gloria a Dios. ¿Cómo?
Creo que la mejor forma es ayudando al que padece lo mismo que tu pasaste.

“Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová” (Sal.41:1)

Jesús te dice:
“¿Dónde están mis testigos? ¿A dónde se han ido? ¿Por qué no hablan del milagro que cambió su vida? ¿Por qué no gritan su salvación? Que yo soy real. Que aún hago milagros. ¡Que estoy vivo!
El servicio te libra eternamente de ese enemigo. Ayuda al prójimo que aún está preso. Tú tienes la experiencia de sentir su dolor, su desesperación. Muéstrale tus llagas y camina con esa persona!

¿Has visto al Señor? (Jn.20:18) Entonces, ve y da las buenas nuevas de que Cristo vive. Da testimonio de lo que Él ha hecho en tu vida. Inspira a los demás. No te quedes callada(o).

“Primero predije tu rescate,
y después te salvé y lo proclamé ante el mundo.
Ningún dios extranjero jamás lo ha hecho.
Tú, Israel, eres testigo de que yo soy el único Dios
—dice el SEÑOR—“. Is.43:12 (NTV)
¡Regresa y alábalo!

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

Related post

Verified by MonsterInsights